Cuando obtienes un título náutico sabes de sobra que lo que te convertirá en un buen navegante y un buen patrón o capitán de barco es la experiencia y el liderazgo.

Aparte de los conocimientos teóricos que adquieras en la Escuela Náutica, es primordial realizar prácticas para conseguir confianza y seguridad.

Estas dos características son indispensables para liderar al equipo, en cuanto tengas que gobernar tu propia embarcación y planificar tus propios viajes en velero. Así como tener claro cuál es tu deber como patrón y cómo ser un buen líder.

 

¿Cuál es el deber de un patrón de barco?

Es el último responsable de la seguridad a bordo. Tanto de la embarcación como de los tripulantes. Un barco en el que no haya buen ambiente y cooperación y trabajo en equipo, no será un barco seguro. Si no está claro quién toma las decisiones, tampoco será un barco seguro.

Y ¿Cómo ser un buen líder? 

Ser un buen líder está más relacionado con la competencia, la virtud y la ética que con técnicas de gestión de recursos humanos.

Y a todo esto, le podemos añadir la parte ética por la cual, el bienestar de los trabajadores es un fin en sí mismo, la autonomía y la colaboración son imprescindibles, la competencia y la experiencia, otorgan el liderazgo.

El deber de un líder es la de dirigir mediante el ejemplo y la confianza mutua para que así sea posible la mejora constante tanto la individual como la de grupo.

Es importante que el patrón o el capitán de un barco sea un buen líder porque es esencial para la seguridad de todos a bordo.

liderazgo a bordo de un barco

Otra manera de adquirir esos conocimientos es aprender de los mejores y seguir su ejemplo, por eso hoy te traigo 10 lecciones que nos dejó uno de los capitanes que supo liderar su tripulación contra todo pronóstico.

Para los que han leído nuestro anterior post sobre libros de navegación quizás ya intuyen a quién me refiero, estas lecciones están extraídas del capitán Ernest Shackleton en su expedición al polo Sur, en el libro Lecciones de Liderazgo de Dennis Perkins, el cual recomendamos.

El viaje de Shackleton fue una hazaña extraordinaria no sólo porque los tripulantes consiguieron regresar vivos, sino por el excepcional liderazgo y trabajo en equipo que se vivieron durante todo el tiempo que duró la aventura.

A continuación toma nota de estas 10 lecciones:

1. Nunca perder de vista la última meta y concentrar la energía en objetivos a corto plazo.

2. Dar ejemplo personal con símbolos y conductas visibles y fáciles de recordar.

3. Inspirar optimismo y autoconfianza, pero aferrarse a la realidad.

4. Cuidar de uno mismo: mantener la resistencia y dejar los complejos de culpa.

5. Reforzar constantemente el mensaje de grupo: “Somos uno, viviremos o moriremos juntos”.

6. Minimizar las diferencias de estatus e insistir en la cortesía y el respeto mutuo.

7. Dominar el conflicto. Manejar el enfado en dosis pequeñas, atraer a los disidentes e impedir luchas de poder innecesarias.

8. Encontrar algo que celebrar y algún motivo con el que reír.

9. Estar dispuesto a asumir el Gran Riesgo.

10. Nunca abandonar, siempre hay otro movimiento.

Todas estas valiosas lecciones de liderazgo se pueden aplicar no sólo a la navegación y a gobernar un barco, sino también al día a día en nuestro trabajo o en nuestras relaciones personales.