Esta Semana Santa nos ha acompañado el buen tiempo, así que, a la vuelta, se nos ha ocurrido un artículo diferente para volver animados de las fiestas y no caer en el trabajo a peso muerto. ¿Qué os parece recopilar ideas de lo que algunos de nuestros amigos y conocidos han hecho durante estos días de vacaciones y coger ideas sobre algunos de los puertos más bonitos de España para el verano?
Los puertos más bonitos de Baleares
Si soltamos amarras y ponemos rumbo a unos días de relax por las Islas Baleares, te recomendamos que disfrutes del Puerto de Palma de Mallorca, en la cara sur-sureste de la isla; el mejor valorado por los residentes por la cercanía de servicios, su tranquilo paseo marítimo y sus múltiples servicios. Para los mallorquines, disfrutar de la Bahía de Palma solo rivaliza con la de Alcudia y su puerto, que durante décadas ha sido un lugar de veraneo tradicional, con joyas arqueológicas como la ciudad romana de Pollentia, y con un puerto bien dividido entre la dársena comercial y la zona recreativa para embarcaciones menores.
En cambio, si te alejas hacia las Pitiusas, podríamos recomendarte muchos otros puertos preciosos de nuestra geografía (Ciudadela, Ibiza, Sant Antoni de Portmany…), pero a nosotros es Mahón aquel que siempre nos fascina. Quizá por su geografía singular o su longitud de costa (¡más de 6 kilómetros!) que lo convierten en puerto natural, razón por la que lleva siendo utilizado más de veintitrés siglos; refugio de griegos, rodios o cartagineses, entre otros; colonia inglesa y francesa… que ha perdurado bajo el temperamento menorquín. Uno de los puertos más bonitos de España sin duda alguna.
Los puertos más bonitos en Cataluña
Por lo contrario, si no tenemos tiempo para alejarnos tantas millas hacia Baleares, podemos optar por un trayecto hasta Tarragona o hacia la costa de Gerona: dicho de otro modo, de la Costa Daurada a la Costa Brava. Allí nos esperan L’Ametlla, Cambrils o Salou, y también, Sitges o Vilanova al sur, hacia el litoral más al norte, tenemos Arenys, Malgrat o Calella, y también, Sant Feliu, Palamós… hasta el Cap de Creus.
Entre ellos, el puerto de Sant Feliu de Guixols tiene algo especial. Quizá sea la panorámica del pueblo en lo alto, o la facilidad de acceso y movimiento a través de sus instalaciones (duchas, fingers…).
En la Costa Daurada, tenemos buen feeling con l’Ametlla de Mar, quizá por haber sido uno de los núcleos más interconectados con Barcelona, o por ser uno de los puertos más resguardados de nuestro litoral. ¡Ni idea! Un paseo marítimo repleto de árboles, una longitud pequeña y, como decíamos, muy resguardado de los vientos hacen de l’Ametlla un lugar íntimo y reconfortante para el descanso.
Por último, en Cataluña, el Port d’Aro, que limita el municipio de Platja d’Aro con S’Agaró (una zona estupenda de veraneo muy cerca nuestro también), recuerda la tradición más puramente pesquera donde los barcos y amarres quedaban justo al pie de las casas de pescadores. Pantalanes estrechos, con buenísimas instalaciones y con una forma natural que nos recuerda, a pequeña escala, al de Mahón, y lo convierte en otro puerto digno de visitar por su belleza.
Los pueblos costeros más bellos
Si se te ha despertado el espíritu aventurero, quizá también puedas aprovechar para acercarte hasta algunos de los pueblos costeros de mayor tradición de nuestro país. Algunos ejemplos, son el de las Águilas, en Murcia, o el de Llanes o Ribadesella (Asturias), en el Cantábrico; más tranquilos son el de Almuñecar, en Granada, o el de Nerja (Málaga) o Mojácar (Almería).
Si quieres curiosear sobre esto, te adjuntamos una lista con los pueblos costeros más bonitos, sin embargo, te recomendamos que evalúes con anterioridad sus instalaciones o los puertos cercanos donde podrías tener que ir a descansar por la noche.
Deseamos que hayáis pasado unos buenos días de Semana Santa, y animaos, que el verano está al caer. 😉
Deje su comentario