EMPIEZA LA AVENTURA

Después de todas las mejoras realizadas al barco, por fin llegó el momento de iniciar nuestra andadura alrededor del Mediterráneo.

El pasado 31 de mayo pusimos rumbo a nuestro primer destino, mi tierra, Ciutadella de Menorca. En un principio esta travesía la tenía que realizar en solitario, pero Jordi, el mecánico de la flota de Neptuno, muy amablemente se ofreció para acompañarme con su esposa Eva, la verdad es que un mecánico a bordo nunca va mal.

Navegando con amigos

El parte meteorológico era fantástico, de hecho, demasiado, sin prácticamente viento para poder realizar el cruce a vela. Nos encontramos en el puerto de Badalona a las 15:00 h, quería aprovechar el viento térmico de las horas centrales del día para, al menos, poder navegar sin motor durante las primeras millas. Después de realizar una pequeña compra y un par de revisiones de última hora por fin soltamos amarras, ¡empieza la aventura!

Al salir, soplaba un Garbí de unos 10-12 nudos, izamos mayor y génova y Narval se puso a navegar a 5-6 nudos. A la puesta de sol y después de navegar las primeras 20 millas a vela, la mitad de ellas acompañados por unos simpáticos delfines, cayó el viento por completo.
delfines con velero

De modo que arriamos génova, dejamos la mayor para estabilizar el barco, encendimos el motor y ya no lo volvimos a apagar hasta la llegada. A las pocas horas de arribar, el piloto automático empezó a fallar, se desconectaba constantemente. Después de realizar varias comprobaciones con el voltímetro, conectando el piloto directamente a la batería, etc. Llegamos a la conclusión de que era un problema de una caída de tensión del cable, se solucionó cambiando el cable entero. Realmente fue un alivio, el piloto es una herramienta indispensable para embarcaciones con tripulación reducida, no podíamos prescindir de él .
A mediodía y después de 22 horas de travesía, llegamos a Ciutadella, donde el Club Náutico (Es Nàutic) muy amablemente me cedió un amarre.
llegada a ciutadella

Las siguientes jornadas las dediqué a finalizar el único tema pendiente del barco, la capota antirociones. En Barcelona fabriqué la estructura en acero inoxidable, pero aún me faltaba confeccionar la lona, y la verdad no sabía ni por donde empezar. Gracias a la gran habilidad de mi madre y a la paciencia que tiene conmigo, realizó una capota digna de cualquier velería profesional.
Capota antirociones

Después de pasar unos agradables días en casa, aprovechando al máximo las horas con familia y amigos, el 5 de junio por fin llegó Mireia, para continuar esta vez los dos solos, la aventura por costas y mares para nosotros aún desconocidos.