Capítulo 3.1 – Estabilidad

La estabilidad es la propiedad de un buque de recuperar su posición de equilibrio inicial, cuando el viento o el mar lo sacan de ella. Conocer la estabilidad de una embarcación y conocer la forma de gobernar para mejorarla, es fundamental para la seguridad

ESTABILIDAD: Es la tendencia que debe tener el buque en recobrar su posición inicial o posición de reposo, cuando ha sido apartado de ella por alguna fuerza exterior, como pueden ser la mar o el viento.

MOVIMIENTO DE BALANCEO.
- Movimiento que hace el buque inclinándose alternativamente hacia uno u otr
de sus costados.

MOVIMIENTO DE CABEZADA.-Movimiento del buque en la dirección proa-popa, subiendo y bajando alternativamente cada una de estas extremidades, distinguiéndose la cabeceada o sea cuando mete la proa, de la arfada, que es cuando la levanta.

ESTABILIDAD ESTÁTICA TRANSVERSAL Y LONGITUDINAL. -Es la tendencia que debe tener el buque en recobrar su posición inicial cuando ha sido apartado de ella por acción de fuerzas exteriores como puedan ser la mar o el viento.





FORMA DE GOBERNAR A LA MAR PARA EVITAR BALANCES, CABEZADAS, GOLPES DE MAR Y PARA NO COMPROMETER LA ESTABILIDAD.-
 Con mal tiempo nuestra derrota será el tener la embarcación en las mejores condiciones de seguridad.

El primer problema a solucionar son los balances y con ellas la pérdida de estabilidad, por lo tanto evitaremos cruzarnos a la mar bajo cualquier circunstancia. Poner proa o ligeramente amurados al mar, es la forma más segura de navegar.

Ello conlleva a disminuir la velocidad para evitar los golpes de mar que pueden afectar incluso a la estructura de la embarcación. Las cabezadas las disminuiremos con la velocidad, pasando las olas con las amuras; otra solución es ir a favor de las olas, con la mar gruesa por la aleta o por la popa.



IMPORTANCIA DE NO ATRAVESARSE A LA MAR:
Es sumamente importante no quedarse atravesado a la mar, en especial cuando hay oleaje.

El atravesarnos puede ocasionar que entremos en sincronismo transversal, generando “bandazos” cada vez más violentos, que nos hagan superar el grado máximo de escora de nuestra barco, lo que conllevaría que, primero no adrizásemos, y posteriormente que el barco pudiera volcar, quedando “quilla al sol”.