La historia de la náutica deportiva en España tiene unas raíces profundas y su papel como actividad de ocio se remonta más allá de principios del siglo XX, muy ligado a los centros sociales y a las clases más altas de la sociedad. Antes de la Guerra Civil la aparición y desaparición de numerosos clubes náuticos fue una constante y se vivió un auténtico auge de las embarcaciones a motor.

Después de la Guerra Civil empezó un lentísimo proceso de recuperación a todos los niveles, que en el caso de la náutica no empezaría a sentirse hasta 1942 con el retorno de las competiciones a remo y a vela, las regatas internacionales o la aparición de nuevos puertos y adecuación de los ya existentes para fomentar el mundo de la náutica.

La náutica deportiva a partir de los años 60

Desde su auge a mediados de los años 60, la importancia de la náutica de recreo en España ha ido creciendo y cristalizando en la aparición de más y más servicios relacionados con esta práctica deportiva: astilleros, empresas de chárter, escuelas náuticas… Fue en esta época cuando empezó a regularse esta actividad con el Decreto 735/1966 de 24 de marzo, que introdujo el concepto de puerto deportivo como aquel destinado a las embarcaciones deportivas.

 Fue también en estos años, concretamente en 1965, cuando se regularon las titulaciones náuticas necesarias para patronear una embarcación deportiva: capitán de yate, patrón de yate, patrón de embarcaciones deportivas a motor de 1ª clase, patrón de embarcaciones deportivas a motor de 2ª clase y patrón de embarcaciones deportivas a vela. Las primeras titulaciones existentes se remontaban al conductor de embarcaciones de recreo de 1934 o los títulos de capitán y patrón de embarcaciones de recreo de 1951.

Fotografía de Barcelona desde el mar; un instante de la náutica deportiva del país.

 

Entre 1976 y 1983 prácticamente se duplicaron el número de amarres de uso recreativo y se realizaron nuevos cambios en las titulaciones que se podían conseguir en una escuela náutica; a partir de 1982 se estabilizó el número de títulos expedidos entre los 6.000 y los 7.000 anuales. Este estancamiento se mantuvo durante toda la década de los 80 y no varió hasta la reactivación económica de España en los años 90.

Esta época fue el gran boom  de la náutica en España y en 1991 se llegó al máximo de titulaciones expedidas por las escuelas náuticas en un año: 19.472. Siguieron apareciendo nuevos títulos, como el patrón de yate de altura o el PER, que rápidamente se convirtió en el título más expedido.

Fue durante estos años cuando más se democratizó la práctica de la náutica de recreo, debido al buen estado de salud de la economía nacional; se crearon 28 nuevos puertos deportivos, alcanzando un total de 232 instalaciones que daban cabida a más de 64.000 embarcaciones de recreo.

Esta coyuntura se mantuvo hasta 2006, y el sector de la náutica deportiva siguió creciendo hasta que, en 2007, empezó un proceso de caída debido a la crisis económica del país. Este proceso se tradujo en un 23% menos de titulaciones emitidas y un 9% menos de matriculaciones.

La náutica ha sido uno de los sectores de ocio más afectados por la desaceleración de la economía, y toca enfrentarse a nuevos retos para mantener a flote un sector muy ligado a la historia de España.